- Pedofilia: existe evidencia sobrada de las atrocidades cometidas, a todo nivel, desde los asesores cercanos al Papa, hasta los curitas de pueblo; están comprobados miles de miles de casos de pedofilia en casi todos los países del mundo, los autores han negado toda responsabilidad por tan horrendos actos.
- Dogmas: éstos no tienen cabida en mi mente, abrazo cada vez con más fuerza el pensamiento científico, lo que conlleva cuestionar dogmatismos y fundamentalísimos. No concibo adoctrinamiento alguno que condicione mi pensamiento basado en curiosidad, contradicción, evolución y cambio.
- Maniqueísmo: dividen al mundo en buenos y malos, un mundo sin matices ni grises, “o estás con nosotros o estás en contra”; predican de amor al prójimo escudados en una perversa manipulación, pues solo así logran acólitos desamparados y miedosos.
- Mentira y contradicción: son innumerables las contradicciones y mentiras que por dos milenios defendieron hablando en nombre de una divinidad. Hoy avalan (porque no les queda otra) contenidos pedagógicos y científicos por los que persiguieron, torturaron y mataron por siglos. Sí, han pedido perdón por la inquisición, la persecución de judíos, la condena a Galieo Galilei (por proponer que la tierra gira alrededor del sol), el exterminio de indígenas durante la colonia, y otros episodios vergonzosos de terror e injusticia promovidos por la iglesia. Pero ni aun así han dejado de perseguir y promover el odio, el miedo, las culpas y los castigos.
- Homofobia, lesbofobia y transfobia: promueven la persecución homofóbica, el odio y la represión a personas LGBT, a quienes insultan, descalifican y señalan justificando incluso la violencia contra ellas, personas condenadas no por lo que hacen, sino por lo que son. Utilizan toda su influencia y poder económico para impedir que las leyes reconozcan y promuevan derechos humanos fundamentales. Así como pidieron perdón antes, presumo que lo harán de aquí a algunas décadas, pedirán perdón por estas injustificadas y horrendas acciones contra personas cuyo único pecado es tener una identidad sexual que los clérigos están a años luz de comprender.
- Misoginia: El desprecio por las mujeres es parte indisoluble de su ADN, la Biblia cita con claridad pasajes que hacen referencia al papel de subyugación y servicio que la mujer debe cumplir bajo el mando masculino. Cualquier intento de emancipación será castigado, cualquier acto de rebeldía será culpado.
- Racismo y genocidio: llegaron hace cinco siglos a este continente para decir que los indígenas no tenían alma, el resto de la historia es por demás conocida: abusos, violaciones y muerte por más de 400 años.
- Culpa y miedo: nos han castigado la vida entera con sentimientos de culpa por disfrutar de algo tan hermoso y natural como la sexualidad, con un discurso retrógrado, machista y misógino. ¿Quién pude ser feliz siendo satanizado por cada acción que involucre sentir placer fuera de sus parámetros restrictivos y perversos?
- Lobby anti derechos humanos: durante siglos se han opuesto a la consolidación de los derechos humanos, especialmente en derechos sexuales y reproductivos, atemorizando al mundo con falsos argumentos, concibiendo y defendiendo una sola forma de familia patriarcal y heteronormada, cuando en la práctica hay tantas alternativas de familias -así en plural-, cada una con enorme potencial de entorno saludable y feliz. No contentos con ello, han impedido sistemáticamente el avance de la ciencia, culpando, castigando y odiando al que proponga o amenace sus mezquinos intereses, sus dogmas incoherentes e injustificados, así como su absoluta incapacidad de comprender los cambios sociales.
- Deuda histórica con la humanidad: es mucho pedir, pero ojalá que todo lo descrito aquí les haga reflexionar algún día, día en el que no alcanzará a pedirle perdón al mundo, necesitaremos que corrijan en serio todas estas atrocidades y que tomen las medidas que debieran tomar por un mínimo sentido de responsabilidad y conciencia. Juzgue usted si pido demasiado.
Para alivio, su poder es cada vez menor y sus argumentos cada vez más débiles y contradictorios. Llegará el día en el que sus iglesias no serán más que simples atractivos turísticos, y sus dogmas y preconceptos, antiguas referencias de aquello que toda persona racional y que busca el bienestar propio y de otros, no debe hacer.
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